ETAPAS DE LA VIDA ADULTA EN EL PROCESO DE LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACION ANDRAGOGICA (ENSAYO)



CENTRO DE INVESTIGACIONES
         PSIQUIÁTRICAS, PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
RECONOCIDO POR  CONICITT (1981)
AUTORIZADO POR EL  CNU (1991)
GACETA OFICIAL N° 34678

                                     Autores: Ing. Yudaxi Escobar/ Ing. Jesús Farías                                         
         Especialidad: Maestría en planificación de la educación
Prof. Facilitador: Lic. Msc Benigna Fernández
                                                  Descriptores: Adultez, Facilitador, Andragogia 
                              




ETAPAS DE LA VIDA ADULTA EN EL PROCESO DE LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACIÓN ANDRAGOGICA.


                                                                                           
                                                                             
                                                                                
  

                                                                       INTRODUCCIÓN


A través de la evolución de la educación y de la misma humanidad, día a día van surgiendo nuevas situaciones laborales que para el adulto se puede convertir en oportunidades de desarrollo profesional o por el hecho de querer estar permanentemente a la vanguardia retornan al aula para continuar perfeccionando o ampliando sus conocimientos. Los facilitadores que atiendan la oferta educativa formal o no formal deberán considerar el explorar acerca de cómo es el adulto, sobre todo, en situación de aprendizaje.
Según su raíz etimológica, adulto proviene de adultus cuyo significado es “a” = sin y “adultus” crecimiento, entonces, se entiende que es una persona que ha llegado a su mayor crecimiento o desarrollo, con respecto a la edad con que empieza esta etapa de vida del ser humano los diversos autores no se ponen de acuerdo, algunos indican que empieza a partir de los 18 años, algunos otros a partir de los 21.

Las etapas de la vida adulta


La adultez, es el periodo de vida en donde el ser humano logra alcanzar la madurez y su desarrollo biológico y psíquico manifestándolo sus aptitudes de manera coherente. Los estudios de varios actores conocedores del tema aseguran que se genera entre la edad comprendida entre los 18 y 60 años de edad.
Para llegar a disfrutar de la adultez, se genera las fases de la vida la cual se compone de varias etapas, las cuales son: la adultez temprana, la media  y la tardía.
La adultez temprana está comprendida entre los 18 - 30 años de edad, pero existen autores que consideran que se genera entre los 17- 40,  aún existen otros que aseguran que es entre los 21-25. Tomando en cuenta la experiencia de los mismos, se considera que en esta etapa de vida del individuo en miras de alcanzar la adultez experimenta importantes cambios sociales en el marco de lo profesional y el trabajo, enfocando su principal atención en este lapso hacia la concepción de lo joven y lo viejo, tendiendo agudizarse a la edad  comprendida entre los 39 y 50 años. Sin embargo se considera que la Adultez media se manifiesta en edades 25-40 años y muchos comentan que de 40-65. En este trayecto se produce y concreta la etapa de la productividad y la creatividad, es básicamente en donde se desarrolla la esfera intelectual y artística del ser humano y de esta vivencia, nacen en muchos casos los aportes a la sociedad en el ámbito político, artístico, diplomáticos y del el pensamiento. En cuestión a la  Adultez Tardía, existen estudios  que considera que se produce entre los 40-55 años  y logra consolidarse totalmente a los 60 años. Este periodo se caracteriza por  la experiencia de declinar del cuerpo y del paso al status de viejo del individuo que alcanzar la madurez. Se observa la seguridad y el amor al postnarcista por la aceptación del ciclo de vida como algo que no se renuncia, es decir por la integridad del propio y único frente del yo encarado a la desesperación de que en cualquier momento pueda producirse un incuestionable final.

La Educación Andragógica en el adulto

Para el caso de la Andragogía, el adulto tiene que cumplir con cuatro dimensiones, una de ellos es el aspecto biológico, que es cuando todos los órganos del ser humano llegan a su desarrollo pleno y que al mismo tiempo a partir de ahí comienza su proceso degenerativo. Otra dimensión es el aspecto psicológico en donde el ser humano se concibe como adulto, la dimensión social tiene que ver con el hecho que el individuo lo reconoce la sociedad como adulto y por ende, él o ella están insertados en el sector productivo. La dimensión legal sucede con el cumplimiento de la mayoría de edad cuando adquiere sus derechos y obligaciones como ciudadano.
Un joven universitario que en varios países latinoamericanos a pesar que tiene ya la mayoría de edad pero sigue estudiando no es un adulto pleno, de igual manera, un señor de más de cuarenta años que vive con sus padres, trabaja en la empresa familiar y que percibe dinero ocasionalmente como si fuera hijo de familia en lugar de tener un sueldo y que por el hecho de vivir en casa de sus padres les cede el derecho de poder tomar decisiones que a su vez las acepta a pie juntillas, casos como éste último, para el Dr. Kelly este comportamiento lo denomina como el síndrome de Peter Pan, ya que a pesar que crecen biológicamente, no logran desarrollarse plenamente para que puedan asumir lo que les corresponde de acuerdo a la etapa que viven.

Como un caso contrario, en donde la Andragogía reconoce que es un adulto puede ser el obrero o un profesionista que tiene un trabajo fijo con un horario y condiciones laborales a la que aceptó estar sujeto, ellos tienen la edad (dimensión biológica), tiene claro que debe responder responsablemente en sus actividades (dimensión psicológica) y que tiene una participación productiva (dimensión social), percibe un sueldo y por ello paga impuestos (dimensión legal).
Bien, considerando lo antes mencionado, cual fuese el interés que mueva al adulto a incorporarse a un proceso formativo, es conveniente que el facilitador (el andragogo) considere los siguientes factores basados en la psicología educativa:

El adulto trae al proceso formativo un cúmulo de conocimientos o de experiencias o de ambos. Su experiencia puede ser profesional o de la vida, por lo tanto y en palabras de Adam (1977, p. 67) “la enseñanza del adulto debe orientarse a proporcionarle nuevos contenidos vitales a su anterior desenvolvimiento”.
El hecho de que el adulto asista a un proceso formativo, es apreciado como un acto voluntario basado en una toma de decisión consciente y que por lo tanto sus expectativas son claras, por lo que, si lo que se promueve en el proceso formativo no satisface sus aspiraciones, abandona fácilmente dicho proceso formativo. Por lo que a los adultos se le debe de presentar “experiencias y contenidos que mantengan su interés” en el proceso formativo (Adam, 1977, pp. 67-68).
En el proceso formativo es conveniente considerar que a diferencia del niño, el adulto mantiene un conjunto de situaciones en su vida diaria que pueden alterar su estado anímico y que puede repercutir en su disposición al aprendizaje aun teniendo en cuenta que estudiar puede ser el medio para mejorar sus condiciones humanas. Otro factor que también incide en el rendimiento del adulto en su estudio pueden ser la deficiencia en su descanso, alimento y su salud.
El contenido programático del proceso formativo de los adultos debe estar directamente atendiendo las necesidades de los participantes, ajustado a sus capacidades intelectuales y cognitivas, para que puedan en poco tiempo completar lo que al principio del proceso fuese su déficit cultural o técnico.
El facilitador debe comprender que durante el proceso formativo se halla frente a un individuo, con coincidencias tales como ser adulto sin importar el momento de su ciclo vital, el pleno goce de sus derechos ciudadanos, con responsabilidades dentro de la sociedad, incorporado a la vida productiva generalmente, algunos son jefes de familia y en general, a quienes debe tratar con tacto y delicadeza estimulando su interés y preocupación para promover el alcance de sus objetivos de aprendizaje.
Asimismo, son cuatro los motivadores principales para el aprendizaje de los adultos:
Los adultos quieren ser estudiantes exitosos.
Los adultos quieren sentir que ejercen su voluntad en su aprendizaje.
Los adultos desean aprender algo de valor para ellos.
Los adultos desean experimentar el aprendizaje como algo placentero (Knowles, 2006, 166).

Por otra parte, Castillo (2014) mencionó que es necesario considerar que los participantes traen una mezcla de factores que los hacen únicos e irrepetibles:
Tiene algún deterioro o deficiencia fisiológica que impida alguna actividad.
Deficiente alimentación que no le permita una permanencia en el curso.
Poco descanso y mucho desgaste físico o intelectual, Falta de confianza en sí mismo, Resistencia al cambio, Poca atención a las exposiciones e instrucciones, Se niega las diferentes aplicaciones de lo que está por aprender, Dificultad para expresar sus ideas, Temor de introspección, No desea enfrentar su nivel de aprendizaje, Temor a la crítica, Poca capacidad de memoria, Actitud individualista, Deficientes hábitos de estudio, Desorganización.

Otras consideraciones en los adultos que ingresan a diversos procesos formativos es tener en cuenta la manera en que Knowles (2006) tipificó a los estudiantes:
Aprendices orientados a una meta. Recurren a la educación para cumplir objetivos bien trazados.
Alumnos orientados a una actividad. Participan porque encuentran en las circunstancias del aprendizaje un significado que no tiene que ver con los contenidos, por ejemplo, en un curso se logran relacionar para ampliar las acciones de la empresa donde labora.
Aprendices orientados al aprendizaje. Estudian por el amor al conocimiento.
Adam (1977) determinó que los adultos aprenden con base en cuatro intereses fundamentales: Económico. El adulto comprende que a mayor preparación, mayores posibilidades tendrá de obtener un mejor trabajo o aspirar a estar en posibilidad de un ascenso.
Capacitación profesional. En la actualidad, para el caso de medicina ya no es suficiente ser médico general y según la tendencia, tampoco ser especialista. Lo de hoy es que posean subespecialidades. Eso hace que en algunas profesiones se sepa mucho en un campo muy específico de conocimiento, en otras profesiones la certificación de sus conocimientos son un manera de ofertarle a la sociedad servicios profesionales de calidad.

Estudios superiores. Algún sector de adultos consideran la posibilidad de estudiar con la finalidad de continuar con sus estudios profesionales, por ejemplo, aquel que terminó su licenciatura y que ahora ya está considerando la posibilidad de continuar su preparación con un posgrado.
Extender la sociabilidad y relaciones humanas. Algunos adultos consideran que el incorporarse a un proceso formativo (formal o no formal) puede ser el medio para extender sus relaciones sociales y humanas, provocando que se motive continuamente su interés por aprender de acuerdo a sus expectativas.

La adultez, es el periodo de vida en donde el ser humano logra alcanzar la madurez y su desarrollo biológico y psíquico manifestándolo sus aptitudes de manera coherente. Los estudios de varios actores conocedores del tema aseguran que se genera entre la edad comprendida entre los 18 y 60 años de edad.
Para llegar a disfrutar de la adultez, se genera las faces de la vida la cual se compone de varias etapas, las cuales son: la adultez temprana, la media  y la tardía.
La adultez temprana esta comprendida ente los 18 - 30 años de edad, pero existen autores que consideran que se genera entre los 17- 40  mas aun existen otros que aseguran que es entre los 21-25. Tomando en cuenta la experiencia de los mismos, se considera que en esta etapa de vida del individuo en miras de alcanzar la adultez experimenta importantes cambios sociales en el marco de lo profesional y el trabajo, enfocando su principal atención en este lapso hacia la concepción de lo joven y lo viejo, tendiendo agudizarse a la edad  comprendida entre los 39 y 50 años. Sin embargo se considera que la Adultez media se manifiesta en edades 25-40 años y muchos comentan que de 40-65. En este trayecto se produce y concreta la etapa de la productividad y la creatividad, es básicamente en donde se desarrolla la esfera intelectual y artística del ser humano y de esta vivencia, nacen en muchos casos los aportes a la sociedad en el ámbito político, artístico, diplomáticos y del el pensamiento. En cuestión a la  Adultez Tardía, existen estudios  que considera que se produce entre los 40-55 años  y logra consolidarse totalmente a los 60 años. Este periodo se caracteriza por  la experiencia de declinar del cuerpo y del paso al status de viejo del individuo que alcanzar la madurez. Se observa la seguridad y el amor al postnarcista por la aceptación del ciclo de vida como algo que no se renuncia, es decir por la integridad del propio y único frente del yo encarado a la desesperación de que en cualquier momento pueda producirse un incuestionable final.


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